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En medio de la primera gran crisis de su mandato, el gobierno federal enfrentó el desabasto de gasolinas en el mes de enero de 2019, para lo cual, López Obrador realizó una gira de trabajo por los municipios de Atlacomulco e Ixtlahuaca, para explicar su estrategia de combate al huachicoleo o robo de combustible.
Esa primera crisis social, marcó el inicio de una fructífera relación política entre López Obrador y el gobernador priísta, Alfredo Del Mazo Maza.
A lo largo de cinco años de su mandato, en los que coincidió con el sexenio delmacista, el primer mandatario pudo coordinar con el Estado de México acciones políticas, gubernamentales y financieras entre ambos gobiernos.
De esa forma, se pudieron consolidar los programas de infraestructura anteriormente señalados; y de forma recurrente, López Obrador visitó la entidad mexiquense para realizar la entrega de programas sociales.
Sin embargo, la mayor cúspide del lopezobradorismo ocurrió en junio de 2023, cuando Morena triunfó en la elección por la gubernatura del Estado de México, bajo la postulación de Delfina Gómez, que además se convirtió en la primera gobernadora de la entidad. Y marcó un hito con la derrota del priísmo, que acumulaba más de noventa años al frente del Poder Ejecutivo estatal.
La alta presencia de López Obrador en el Estado de México no se remite a los últimos seis años de su mandato. Sus referencias políticas se remontan al sexenio en que fue jefe de gobierno del Distrito Federal, y enfrentó diversos litigios con el entonces gobierno mexiquenses, entonces encabezado por el priísta Arturo Montiel, quien reclamaba a los capitalinos la extracción desmedida de agua potable para la Ciudad de México; y exigía una compensación económica por tales beneficios hídricos; o bien, por el depósito de basura en diversos tiraderos de la entidad provenientes de la capital del país.
También en dicho periodo, salió en defensa de ejidatarios de San Salvador Atenco que se oponían a la expropiación de sus tierras que pretendían ser utilizadas para la construcción del Aeropuerto en Texcoco.
En las elecciones de 2006, en las que López Obrador ha acusado un fraude electoral, en el Estado de México se anotó el triunfo comicial frente al panista Felipe Calderón. Desde entonces, demostró su profunda ascendencia en el Estado de México, derivado de su cercanía como jefe de gobierno, lo que marcó una prioridad para sus aspiraciones personales y partidistas.
Desde 2017, como dirigente nacional de Morena, se volcó a la campaña electoral encabezada por Delfina Gómez, en las que su partido se colocó desde entonces como primera fuerza política del estado. En dichos comicios, el priísta Alfredo Del Mazo se anotó la victoria gracias a los votos de sus aliados electorales del PVEM, Nueva Alianza y Encuentro Social.
La ascendencia lopezobradorista permitió que Morena se consolide como la mayor fuerza de las últimas cinco elecciones, y cuyo partido gobernará a partir del mes de enero más de noventa municipios, junto a la gubernatura y una apabullante mayoría en el Congreso local.
El Estado de México seguirá representando una enorme base social para el proyecto de la Cuarta Transformación, derivado de su densidad poblacional, pero también dada su colindancia con la Ciudad de México, de donde emergió el liderazgo de López Obrador hace casi tres décadas, y que también identifica a otros capitalinos como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y el texcocano Alejandro Encinas.
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