[ad_1]
Toluca, Edomex; 26 de
junio de 2024.- Arturo Montiel Rojas encabezó la tarde de ayer martes, la mesa
directiva deliberativa de la Fundación Colosio hacia la 24 Asamblea Nacional
del PRI. En la sede nacional del tricolor, el exgobernador mexiquense de 80
años de edad, todavía busca incidir en la toma de decisiones en el futuro
inmediato del priísmo. Es quizá, el ejemplar más cercano al Grupo Atlacomulco
que permanece activo y como militante priísta; frente a la mayor defenestración
política y la derrota histórica sufrida el pasado 2 de junio. Montiel se
resiste al retiro personal y busca la prevalencia de su grupo político.
Montiel fue el último mandatario
que se ocupó del ejercicio del poder bajo la mancuerna gobierno – partido, y que
dedicaba las mañanas para ejercer el gobierno y las tardes para administrar el
partido. Desde su posición de privilegio, en una especie de virrey, controló la
sucesión de su mandato de principio a fin. Es a la distancia, el exgobernador más
reciente con militancia activa y con un grupo político que ejerce los
resquicios del poder público y partidista. En una profunda debacle, el Grupo
Atlacomulco se mantiene vivo con respirador artificial. El futuro del PRI estatal
transita por el montielismo más puro.
El peñismo -sucesor inmediato
de Montiel- es visto como el mayor responsable de la crisis electoral priísta a
nivel nacional. Los peñistas están desaparecidos, ocultos y exiliados. Nadie
sabe de su presente; y tampoco nadie los extraña en el partido. Peña nunca se
ocupó del PRI, porque jamás dirigió alguna esfera partidista. Por lo tanto, su
injerencia será nula en la toma de definiciones de un priísmo que está en el
despeñadero desde hace seis años; y sigue en caída libre.
Eruviel Ávila ha
decidido emigrar al Partido Verde. Cercano a las causas de la virtual
presidenta electa. Fingió una enemistad con Alejandro Moreno para mostrar su
verdadero rostro: el de la conveniencia política. El ecatepense se llevó a su
grupo político, el de mayor lastre administrativo del pasado reciente. Ávila
está lejano al futuro del priísmo nacional; aunque también se advierte que su
incursión al PVEM no ha sido tan sencilla como pudo haberse pensado.
En la víspera, Alfredo
Del Mazo fue expulsado del PRI. El exgobernador marcó una sana distancia de su
partido, tanto que pasará a la historia como el mandatario de la alternancia
electoral. El delmacismo adolece una ruptura. Un puñado de excolaboradores se
han quedado firmes en su militancia. Otros más, emigraron al fracasado proselitismo
panista. Y el mayor timbre de orgullo de su mandato, Alejandra del Moral,
decidió plegarse al proyecto de Claudia Sheinbaum. En conclusión, el delmacismo
tampoco tendrá injerencia en el futuro del priísmo. La expectativa es ver a
Alfredo en el próximo gabinete federal.
Montiel regresa como el
hijo pródigo, a la casa de los priístas. Sin embargo, lo hace en un escenario
insostenible. Su hechura política, Ana Lilia Herrera es señalada como
responsable directa de la derrota electoral sufrida por el priísmo mexiquense.
Su esposa, Karla Cortés, perdió estrepitosamente la contienda por una
diputación federal. Y su grupo político, representado de la mejor manera
posible en San Lázaro, ya no tendrá espacios de poder durante los próximos tres
años. Sámano, Cárdenas, Iriarte y la misma Ana Lilia -que sí era candidata-
quedarán excluidos de la máxima hankista, pues ya no estarán en la nómina de ningún
presupuesto público.
Y aunque Germán Dehesa
siempre quedó con la duda de cómo dormía el exgobernador; hoy puede decirse que,
cuando despertó… Montiel todavía estaba allí.
[ad_2]
Source link