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Toluca, Edomex; 26 de
abril de 2024.- La democracia mexicana y la mexiquense está en pañales. Resulta
inconcebible que los arranques de campaña se hayan cancelado la medianoche de
este viernes, porque el órgano electoral no aprobó en tiempo y forma los
registros de las candidaturas de diputados locales, alcaldes, síndicos y
regidores. Pero esta falla administrativa no puede ser atribuida en su
totalidad al órgano electoral; hay mucho de responsabilidad -o de falta de
esta- a las dirigencias de los partidos políticos que son los responsables de
cumplir con sus registros, y las disposiciones legales entre las que se incluye
la paridad de género y las acciones afirmativas.
Vamos por partes, la
primera gran omisión de los partidos políticos fue resolver sus procesos
internos de selección de candidatos fuera de tiempo; pues los tiempos de precampaña
estaban diseñados del 20 de enero al 11 de febrero, y optaron por atender esta coyuntura
en su mayoría, una semana antes de que venciera el plazo para el registro de
sus candidatos, pero ante las instancias electorales. Los tiempos se agotaron,
las burocracias partidistas fueron rebasadas. Filas de candidatos que recababan
sus documentos y hacían pasarela en las sedes de sus partidos o en hoteles habilitados
como casa de campaña, eran todo un caos de organización. El exceso de confianza
los venció.
Existe la sospecha de
que los partidos políticos han incumplido con la paridad de género y las
acciones afirmativas. Todavía en el transcurso de esta semana hacían cuentas
para cumplir con las disposiciones legales. Las sustituciones de candidaturas
de los últimos días hicieron crisis en los partidos y en el órgano electoral. El
IEEM aprobó un acuerdo, con la reserva de que vendrán reemplazos de más
candidaturas, hasta cumplir con lo que pregona la legalidad. Las burocracias partidas
que han demostrado falta de seriedad, son las mismas que a partir de este
viernes convocarán al voto ciudadano: es un contrasentido.
Esta novela todavía va
para largo. El IEEM les enmendará la plana a los dirigentes partidistas para
que subsanen sus fallas. Y aunque hoy comienzan las campañas electorales, no
todos los que recorren las calles desde este viernes tendrán un desenlace
final, y ni siquiera aparecerán en las boletas electorales. Y mientras los
partidos, los candidatos y los órganos electorales vivencia un estrés
innecesario y que pudo evitarse, los electores están alejados de esa realidad
política y una campaña electoral presidencial que ya toca el hartazgo.
————
Durante años, quizá un
par de sexenios, Ana Lilia Herrera esperó su momento, su oportunidad, para
demostrar porqué ha ganado todas las elecciones en las que ha competido. Y hoy,
en esta coyuntura inédita -sin un gobernador priísta en turno- tenía todo para asumir
el control político soñado. Y lo único que ha logrado es unir a todos los
priístas, pero en el descontento, en el desencanto, en un escritorio apilado de
renuncias, otro escritorio lleno de impugnaciones, y ella campante porque será
senadora sin importar el resultado en las urnas.
Las voces de
inconformidad resurgen en todos los rincones. El PRI somos más que una
dirigencia, expresó Alejandra del Moral. Junto a las renuncias de candidaturas
ya publicadas ayer aquí en Plana Mayor, hay que sumar otras voces
discordantes: Ángel Luz Lugo se ha quejado porque Roberto Sánchez Pompa no
tiene trato político en Tenancingo. En días pasados, Javier Barrios, quien
dirigía la Red de Jóvenes en el Estado, anunció que tras 14 años de militancia,
ha decidido separarse del actual proceso electoral. La misma condición fue
expresada por Ana Karen Guadarrama, quien dijo, no participará en la estrategia
electoral priísta por el municipio de Villa Guerrero. Hay muchos heridos en
todos los rincones de la entidad: y cero procesos de cicatrización. Esa es la
secuela de la dirigencia encabezada por Ana Lilia Herrera.
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